En lugares como Brown Caffeine Lab no le van a poner tu nombre al vaso de café, pero sí van a tener la paciencia de explicarte por qué su café sabe tan bien y por qué ese cariño que le ponen a cada taza que sirven.

Desde que uno llega sabe que está en el lugar correcto para tomar un buen café y que además, la va a pasar bien. Nosotros tuvimos la fortuna de acomodarnos en una barra de madera, construida alrededor de un frondoso árbol, que nos regaló una sombra muy agradable. Aunque ninguna de sus otras mesas se ve mal, incluso creo que cualquier punto de Brown es apto para el disfrute, sobretodo si coincide con el atardecer chilango.

El café, aún sin saber mucho al respecto, es impresionante. Por ejemplo, en la foto anterior vemos un Flat White, recomendado para quienes prefieren el café con un poco de leche, pero sin que la segunda opaque el sabor del primero. Es una muy buena opción si crees que el Latte o el Cappuccino saben mucho a leche.

Es muy enriquecedor venir a Brown, porque si te interesa el mundo del café, el equipo amablemente se tomará el tiempo de explicarte lo que estás bebiendo o bien, sugerirte entre sus amplia variedad. La cual no sólo incluye su propio café tostado en casa, sino también cafés invitados. Sólo tienes que prestar atención, pues nos cuenta que ha habido veces que coinciden hasta 20 orígenes al mismo tiempo.

Queremos agradecer a todo el equipo que se portó de maravilla. Ahora habrá que buscar pretextos para pasear de nuevo por la Roma Sur y aprovechar el deleite de otro flat white al estilo Brown.

📍Ubicación de Brown Caffeine Lab

Tonalá 313, Colonia Roma Sur. En la Alcaldía Cuauhtémoc, CDMX

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